Con el paso del tiempo, es común que las personas empiecen a experimentar dolores en las articulaciones, especialmente en las rodillas. Esto se debe a la pérdida de colágeno, una proteína esencial para la salud de huesos y articulaciones, que disminuye con la edad. Ante estos dolores, muchos recurren a tratamientos médicos, pero también a remedios naturales que demostraron ser eficaces para paliar inflamaciones y aliviar el malestar.

Entre estas soluciones naturales, el orégano ganó un lugar destacado en la medicina popular gracias a sus propiedades antiinflamatorias. Esta hierba ha sido utilizada durante siglos para tratar diversas dolencias y ahora, la ciencia comienza a respaldar algunos de sus beneficios.

Orégano y su impacto en la salud articular

Un artículo publicado en 2018 en el repositorio científico PubMed revela que los beneficios del orégano para la salud humana se deben a su alto contenido de fitoquímicos. Estos compuestos vegetales actúan como un mecanismo de defensa natural contra patógenos, plagas, y otros factores estresantes, como la luz ultravioleta y el estrés oxidativo. Pero además, según las investigaciones citadas, el orégano podría tener propiedades antioxidantes, anticancerígenas y, lo que es más relevante en este contexto, antiinflamatorias.

Los compuestos fenólicos presentes en el orégano, como los flavonoides y los ácidos fenólicos, parecen ser los responsables de sus efectos antiinflamatorios. Estas sustancias pueden ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo, lo que resulta beneficioso para las personas que sufren de enfermedades reumáticas, incluyendo los dolorosos problemas en las rodillas.

La hierba que genera colágeno y alivia los dolores de rodilla

Un aliado natural para aliviar el dolor

Aunque los tratamientos médicos convencionales siguen siendo necesarios en muchos casos, el uso del orégano como complemento puede ser una alternativa natural para mitigar los dolores articulares. Al ser una planta fácil de incorporar en la dieta diaria, ya sea en infusiones o como condimento en las comidas, su potencial antiinflamatorio podría ser aprovechado por quienes buscan soluciones menos invasivas para el tratamiento del dolor.